No hay duda, algunas marcas dan repelús. Y proclamarlo a los cuatro vientos es uno de los ejercicios más relajantes, tonificadores y liberadores de toxinas que conozco. En eso al parecer comparto afición con la periodista Curri Valenzuela, quien hace unos años escribió un libro titulado “100 españoles que hunden España” con el que debió quedarse más ancha que larga.
Me dan ganas de seguir los pasos de la buena de Curri y copiarle la idea de confeccionar una lista de personajes que me dan grima (una lista que ella encabezaría, por cierto), pero es que tengo la impresión de que lo de las personas con nombre y apellido es demasiado fácil, demasiado recurrente. Que si este es un chorizo, que si aquel un arrogante y el de más allá un cretino sencillamente porque no piensa como yo, no anima a mi mismo equipo de fútbol o no vota mi misma opción política. Fácil, recurrente y hasta de mal gusto.
Personalmente me parece más entretenido hacer sangre de marcas y empresas, sacar a pasear al yo consumidor y dejar que se despache a gusto con las marcas más antipáticas del mercado, con aquellas marcas en las que me encantaría (no siempre es posible hacerlo) no volverme a gastar un duro así me maten. Ummmmmm. Ya noto el sabor de la bilis corriendo por mi boca. Me relamo de gusto ante la escabechina que se aproxima.
He aquí el ranking de las 10 marcas a que me dan más repelús:
1) Telefónica
En asuntos de repelús, imbatibles. Los Master&Commander de las marcas que dan grimilla. Las razones son incontables: su monopolio, su gigantismo, sus aires de vanguardistas cuando echan un tufo a carcas que echa para atrás, su pésimo servicio (aunque sospecho que ellos piensan que es bueno). En fin. porque piensan que son la repera cuando lo que en realidad sucede es que no hay alternativas.
2) Gas Natural
A estos les tengo manía fundamentalmente por un clavo, inexplicable e inexplicado, que me metieron el año pasado en una factura. Fue una sobrada descomunal, faraónica, como del triple de lo habitual, totalmente injustificada pero imposible de pelear. ¡Qué vivan las facturas crípticas y jeroglíficas!
La manía (a ellos y los demás de su sector: Iberdrola, Endesa, Repsol…) se la tengo también (espantosa) por esos anuncios institucionales en que todo es precioso, sostenible y floreado, anuncios con niños y abuelos que destilan un tufillo muy Forrest Gump y con una música muy cuca. Los detesto.
3) Banco de Santander
En fin, a los bancos, igual que a las compañías de telefonía, en general, no hay por donde cogerlos. Todos dan repelús (cuando no directamente asquito). Pero como no es cuestión de que copen este listado, nos quedaremos con el banco que para mi es top-repelús. ¿Las razones? ¿Es que os parece poco lo de Fernando Alonso? ¿Se podrá ser más sieso y tener menos gracia haciendo anuncios? Aunque para mi, lo peor con diferencia es ver a Botín disfrazado con la ropa de Ferrari yendo a ver las carreras a Abu Dahbi y adonde haga falta. No sé quien lo dijo pero tiene mucha razón: “Cuando el principal banquero de este país se llama botín…”
4) Iberia
En el caso de Iberia, creo que el principal problema son los uniformes de las azafatas. Ese pañuelito… es terrible. Y encima ya no dan de comer gratis, ¿no? Pues sí, Ryanair serán unos chungos de cuidao con lo de cobrarte extra hasta por llevar piloto en el avión, pero al menos sus azafatas no llevan el pañuelito de marras.
5) Becara
Dejamos momentáneamente a los gigantes y nos centramos en una empresa nacional de tamaño medio que ha sabido hacerse un hueco en el sector muebles. Tiene mérito, no digo que no. Pero vamos a ver si nos centramos un momentito. Que los muebles que venden son réplicas actuales de antigüedades orientales solo que cobradas a precio de oro.
6) Tommy Hilfiger
Brrrrrrrrrrulf, ¡que repelús! Incluso más que Ralph Lauren (que también merecería un puesto en el top-ten). Con sus colorinchis del parchís y sus modelos de 14 años hiper rubios, hiper guapos e hiper delgados. Preferiría vestirme con manteles de restaurante de menú del día.
7) Vodafone
Ya sé que dije que nada de monopolizar sectores, pero es que estos se lo han ganado a pulso. Merecen figurar aquí sólo por no haber sabido ser mejores en servicio que sus rivales de Telefónica (y mira que lo tenían fácil).
8) Samsung
Nada en contra de sus productos tecnológicos…salvo por el hecho de que se parecen sorprendentemente a los de Apple.
9) Viceroy
En relojes baratetes, lo último que me compraría. (En relojes caretes lo último sería un Hublot).
10 Starbucks Café
Esta cadena internacional me da tela de repelús, con ese rollo cosmopolita que me llevan (allí como no vayas con tu libro, tu notebook o tu iPad no eres nadie), pero también tengo que admitir que despierta mi sincera admiración. Estos tíos son unos genios del marketing. Porque solo al alcance de genios está conseguir que chavales jóvenes que es de suponer que no naden en la abundancia paguen gustosamente 5 y 6 euros por un café (un café “ilustrao”, sí, pero un café a fin de cuentas).
En fin, hay muchas más, pero ahí lo dejamos por hoy. Y que conste que he sido muy bueno. Al final me he cortado bastante y no me he pasado nada con las marcas criticadas. Y que quede constancia que para no entrar en rollos ideológicos, he dejado fuera a los medios de comunicación. Aun así, me ha sentado de maravilla. Es toda una terapia. Si ya lo decía Curri…